Rajoy hizo
este anuncio en la rueda de prensa posterior a su reunión con el primer
ministro finlandés, Jyrki Katainen. En la práctica, la medida supone una subida
considerable del IRPF para estas ganancias, sujetas desde comienzos de 2012 a
gravámenes que varían en función de su cuantía, pero independientemente de su
antigüedad. Los primeros 6.000 euros tributan al 21%, tipo que se eleva al 25%
para cantidades de entre 6.000 y 24.000 euros y al 27% para las plusvalías que
estén por encima de esa cifra.
Esas
penalizaciones siguen siendo bajas, en general, si se comparan con lo que
Hacienda entiende que serían los tipos a aplicar a estos contribuyentes en caso
de utilizar la tarifa del IRPF, que puede variar entre el 24,75% -el más bajo-
y el 52% en el caso de las personas de rentas más altas y que viven en las
comunidades con mayor presión fiscal. La subida de impuestos es manifiesta: los
contribuyentes sujetos al tramo más bajo de IRPF que obtengan alguna plusvalía
en menos de un año tendrán que tributar al 24,75%, frente al 21% anterior.
Fuentes del
Ministerio de Hacienda explicaron que este cambio irá incluido en los
Presupuestos Generales del Estado de 2013, aunque recalcaron que la fecha exacta
para su entrada en vigor «podría no ser el 1 de enero». Esas dudas suponen que
el Ejecutivo podría estar barajando adelantar su vigencia ya a la última parte
de este año.
Las fuentes
consultadas aseguraron que la intención del Gobierno es penalizar los
movimientos patrimoniales con fines puramente especulativos, como las ganancias
en Bolsa obtenidos en plazos cortos de días, semanas o meses. Hacienda, sin
embargo, todavía está estudiando a qué tipos de operaciones -además de las
bursátiles- afectará esta reforma.
Rajoy
explicó que con esta iniciativa pretende volver a la legislación anterior a
2007. Es decir, corregir el régimen introducido desde ese ejercicio por el
ministro de Economía socialista Pedro Solbes. Hacienda aplicó hasta 2006 una
diferenciación entre la base imponible general y una base especial. Cuando una
ganancia patrimonial se producía a más de un año, tributaba en la base especial
con un gravamen del 15%.
En cambio, si eran rentas logradas en menos de un año,
quedaban sujetas a la tarifa normal del IRPF.
Desde 2007,
la reforma impulsada por el Gobierno del PSOE -que pretendía «equiparar» la
legislación española a la de otros países europeos- fijó un tipo general del
18% para las plusvalías a las que se añadieron los dividendos y ganancias
patrimoniales, que según Hacienda no se verán ahora afectadas por esta nueva
reforma.
Especulación
En 2010 y
2011, con la crisis en pleno apogeo y el déficit ya fuera de control, la
sucesora de Solbes al frente de la vicepresidencia económica, Elena Salgado,
elevó el gravamen hasta el 19% para los primeros 6.000 euros y al 21% para las
ganancias superiores a esa cantidad. Pese a las subidas de los últimos años, el
Ejecutivo popular entiende que lo que hicieron los gobiernos del PSOE desde
2007 fue dejar de penalizar al capital más especulativo, es decir, a las
ganancias generadas a más coroto plazo.
En julio
pasado, Cristóbal Montoro anunció una reforma de los gravámenes sobre las
plusvalías al objeto de «luchar contra la especulación en los mercados».
El responsable
de Hacienda explicó entonces en el Congreso que considera «profundamente
injusto» el sistema actual, que permite tributar a un tipo único «por lo que se
pueda ganar en una mañana», mientras un trabajador ve su sueldo sujeto al IRPF.
Los próximos presupuestos también introducirán un impuesto medioambiental en
línea con lo que plantea la UE, avanzó Rajoy.
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