La desaparición de las altas rentabilidades en cuentas y depósitos no ha
sido la única consecuencia negativa para el inversor conservadoR.
De manera oficiosa, el gobernador del Banco de España, Luis María
Linde, puso fin a la guerra del pasivo que mantenían los bancos
limitando las retribuciones que podían ofrecer a sus clientes en sus
cuentas, depósitos y pagarés. Así, a doce meses la retribución máxima es
del 1,75%, porcentaje que se eleva hasta el 2,25% hasta dos años.
La
desaparición de las altas rentabilidades en cuentas y depósitos no ha
sido la única consecuencia negativa para el inversor conservador.
Recordemos que iBanesto llevó a cabo una escandalosa rebaja tanto de la
rentabilidad de su Cuenta Azul, que pasó del 3,40% al 1,75%, como del
Depósito Azul, del 4% a cinco meses también al 1,75%.
Así, hay que sumar otras tres consecuencias más.
Por un lado se
reducen entre un 20% y un 50% los intereses que hasta entonces podría
recibir el pequeño ahorrador que se decantase por invertir sus ahorros
en un depósito, cuenta o pagarés extratipado.
En segundo lugar, la caída de la rentabilidad también afectará a los regalos.
Y como ejemplo, La Caixa ha retirado la oferta con la que se podía
conseguir un ipad. Los regalos quedarán circunscritos a la tradicional
cafetera. En el caso de seguir ofreciendo regalos con solera el banco
pedirá draconianas condiciones. Es el caso de BBVA, que para lograr un
iPad es necesario domiciliar una nómina de al menos 3.000 euros.
Por último, con el fin de la guerra por el pasivo también se ha puesto coto a la tradicional competencia entre entidades. Para decantarse por una u otra ya no habrá que fijarse en la rentabilidad que ofrezcan, sino en las comisiones de servicio que establezcan: de mantenimiento de la cuenta, de apertura....
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